Esto del calor no lo llevo nada bien, soy más bien de frío. Uno se levanta aplatanado, cuesta empezar a mover cuerpo y mente porque la cabeza no responde igual y personalmente me cuesta todo una eternidad. También es cierto que necesitamos vacaciones, llevamos mucho trajín y el cuerpo pide un descanso. Por lo que me toca puedo decir que las estoy rozando con la puntita de los dedos y es que ya va costando estar sometida a la rigidez de los horarios, mails y tantas otras cosas. Quizás sea por eso por lo que hoy me apetecía dejaros aquí este increible apartamento en el que la sobriedad y elegancia están latentes.
Su gama cromática es muy neutra, no hay colores cálidos ni nada parecido a un encuentro con el color que no sea el gris. Es sofisticado y tiene un puntito muy chic. Lo que es la arquitectura en sí ya dice mucho. La distribución también ayuda, me encantan los espacios que se abren a otros dando paso por ejemplo, a un estudio. Aunque la veamos tan seria, de verdad que tiene su encanto además de ese toque clásico contemporáneo que no pasa de moda y se puede combinar tan bien con otros estilos.
Lo que enamora es la casa en sí. Sus techos, suelos o ventanas ya le dan ese carácter estético que a muchos apasiona y que es tan característico de edificios con solera, de esos que encontramos en los cascos antiguos de algunas ciudades. Ay, no sé por qué pero me ha recordado a un gran apartamento parisino, aunque ya os adelanto que se encuentra en un país escandinado. Bueno, a nosotros eso ahora nos da igual, lo que nos importa es la casa, su estilo y las ideas que podamos sacar de ella. A ver qué os parece.