A quién no le gustaría tener una casa en la playa ¿verdad? Hay casas en la costa que tienen un encanto especial. Las hay de madera como el precioso cottage que os dejé aquí el otro día, o aunque sea un apartamento, también puede tener su punto. La decoración hace milagros, lo vemos todos lo días. La magia que tienen que tienen este tipo de casas es que son mucho más desenfadas. Parece que no importa darle trote a las cosas y es que cuando uno va a pasar unos días a la costa, no está pensando todo el día en lo arreglada que tiene que estar la casa.
Aunque todo hay que decirlo, esta casa es una maravilla tanto para el verano como para el invierno. Está diseñada a conciencia para que disfrute toda la familia. Jenni Kayne es diseñadora y es la persona que se ha encargado de la reforma de la casa familiar en la playa donde han pasado tantos veranos. Cuenta que sus padres compraron esta casa de madera rodeada de bosque junto a un lago en California y después de algunos años, cuando los chicos fueron adolescentes, decidieron venderla. Y os preguntaréis que cómo es que ahora es otra vez de la familia.
Pues cosas de esas que pasan en la vida muchas veces. En el año 2011 los hermanos decidieron volver a comprarla y después de 35 años disfrutan de nuevo de su senderismo, sus barbacoas en el porche y sus días de descanso en la casa del lago. Me ha parecido una historia preciosa que tenía que compartir con vosotros y ya de paso podemos ver lo bonita que ha dejado Jenni la casa donde seguramente crecerán también sus hijos. Espero que hayáis disfrutado un poquito con la historia como lo hice yo cuando me enteré.
¡Sí que apetece!