Seamos sinceros. A ver a quien no le cuesta ponerse en marcha un lunes de julio. Pues para consuelo de muchos, a todos. Está muy bien empezar la semana con mensajes de esos que te intentan subirte el ánimo pero cómo no pongamos un poquito de nuestra parte, me parece que no hacemos nada. En cambio, confieso que sí hay cosas que me animan a arrancar el lunes, la semana y lo que haga falta. Ver color en una casa de verano de invierno o de la época del año que sea, me anima muchísimo. Para empezar me atrae, me invita a quedarme y seguir observándola.
Los minutos que paso recreándome en lo que observo el interiorismo de una casa os prometo que me ponen las pilas. Me imagino que a cada uno le pasará como a mí con aquello que realmente le fascine o sencillamente le de sentido a su vida. Para mí esto es una auténtica pasión que hace me emocione con muy poco por lo que se me olvida rápidamente que es lunes mañana. Aunque me conforme con poco ya os digo que no con cualquier cosa.
Hay veces que por mas que busco algo interesante, de eso que tengo el día tonto, y por mucho color que tenga lo que estoy viendo, mi cerebro lo ve todo apagado y nada me llena. Menos mal que esos días están contados y el resto disfruto viendo casas como esta de Ibiza. Hace tiempo que está por la red pero todavía no había llegado el momento de publicarla aquí para vosotros. Con unos pocos toques de color vais a ver como una casa amplia, blanca e impoluta cobra vida, frescor veraniego y lo más importante, mucho estilo. Vais a ver una mezcla importante de estilos pero quizás sea eso una de las cosas que más me gustan. Han arriesgado y el resultado para una casa de verano es estupendo. Espero que os guste.
