Los que hemos tenido la suerte de tener abuelos con casa en el pueblo, de mayores echamos de menos esas mañanas de verano. Si vosotros también ibais a pasar el verano al pueblo mientras vuestros padres trabajan, es posible que esto os suene. En todas las cocinas se respira calor de hogar pero la cocina del pueblo, es diferente. Lo primero es que con los abuelos hay otro ambiente. También te encuentras la casa llena de niños como tú porque están todos los primos. Vacaciones, campo, huerto, piscina; vamos que como para no tener buenos recuerdos.
Al ver esta cocina de aire cottage me ha venido de golpe todo esto a la cabeza. La chimenea, las sillas desiguales y hasta algunos colores como el verde mint, han hecho que retroceda unos cuantos veranos de golpe. Lo cierto es que la cocina de mi abuela me encantaba tanto en verano como en invierno. Recuerdo cuando nos hacía las tostadas con un soporte de hierro extraño frente a las brasas. La mantequilla casera y hecha por ella, por supuesto, y de la mermelada ni os cuento. A principio del verano de fresa y cuando se estaba terminando íbamos a recoger moras. Aquí todo de temporada.
Cuando se terminaba el verano volvíamos todos a la ciudad, abuelos incluidos porque vivían allí. La casa del pueblo era sólo para épocas de vacaciones y creo que este hecho hacía que nos gustara aún más. Hoy en día hay quien no puede resistirse al encanto de las cocinas más tradicionales y se la monta allá donde viva. Da igual si es en la ciudad o el campo. La bonita cocina que os dejo hoy aquí pertenece a una pareja joven y está en Londres. Aunque el diseño y la innovación nos seduzcan día a día, estoy segura que os va a encantar la forma en la que han actualizado la decoración. Si os gustan las sillas de colores o los frigorifícos Smeg, aquí tenéis cómo darle un aspecto renovado a una cocina más tradicional.
Me gusta mucho la cocina, me recuerda a la del pueblo.
¡Qué pasada!