Poder y deber decir que tal día empiezan oficialmente tus vacaciones, no te aseguran que vayas a gozar de tal merecido descanso. Sí, hoy por fin puedo decir que estoy de vacaciones. De ahí que hoy haya pasado por aquí tan tarde y no precisamente porque estuviera durmiendo, solo es porque me he obligado a no hacer nada con prisa desde primera hora de la mañana. Me quiero acostumbrar a bajar el ritmo y más antes que después para que no se me pasen estos días sin apenas haberme enterado. Como podéis ver voy seguir con el ritmo del blog y si me encuentro una maravilla de loft como este, pues como que no puedo pasar de dejarlo por aquí.
Estos días que me he tomado de descanso, además de bajar el ritmo en todos los sentidos, voy a pensar. Me apetece pensar. Son cosas que el cuerpo y mente se guardan, las tienen reservadas y en algún momento tienen que salir. A veces además del trabajo ocurren cosas en la vida que te ayudan a replantearte las cosas. Quizás es el momento de hacer por fin lo que he querido hacer tiempo. Simplemente cambiar el enfoque de algunas cosas porque me apetece y ya está.
A diario crecemos, evolucionamos y todo lo que hay a nuestros alrededor cambia. Para no quedarnos estancados hay que subirse al cambio y verlo todo como una lección bonita, como ese aire fresco de la mañana que entra por las ventanas y que es tan necesario. Nada, que hoy me he puesto un poco filósofa pero esto no es otra cosa que lo que quise iniciar por aquí a principios de año y no pudo ser. Que llevo unos meses de baja actividad por aquí y a trancas y barrancas en las redes sociales por la saturación de trabajo. Pero tengo tantas ganas de hacer algunas cosas que quiero darle una vuelta a todo estas vacaciones y replantearlo. No sé si finalmente lo voy a conseguir pero por intentarlo de nuevo que no quede. Os iré contando.
