Los que nos dedicamos a diseñar las casas de otras personas tenemos mil historias que contar. Cada uno lleva su vida y como consecuencia así será su casa. Es curioso cómo todos tenéis algo en común y aunque cada proyecto sea un mundo, todos y cada uno de ellos deja siempre un poso reconfortante al saber que esa persona que contactó contigo hace unos meses, por fín tiene la casa que esperaba. La diseñadora de esta casa, cuenta que cuando contactaron con ella se encontró con una historia de lo más dulce y seguramente como resultado, su decoración.
La propietaria es una enfermera de Nashville que «quería una casa hermosa». La vivienda es 1940 y estaba en muy mal estado, perfecta para reformar como al parecer muchas viviendas de esta época en esta misma ciudad. Como podéis ver la casa está llena de encanto americano que la diseñadora ha sabido explotar al máximo para que su clienta tenga la casa de sus sueños. Como cualquier persona joven que no tiene mucho tiempo libre necesitaba que su casa se mostrara siempre en orden, con un ambiente calmado y en el que se sintiera identificada.
Al parecer siempre que le presentaban alguna propuesta, la propietaria elegía la que tenía más color y por supuesto, la más femenina. Es posible que cuando tenga pareja la decoración de su casa deje a un lado el rosa pero como por ahora es para ella, su hermana y sus perros, es más que perfecta. Me encantan estas historias que hacen que las casas tengan alma. No es lo mismo ver las fotografías de una vivienda y ya está, que conocer que es lo que ha pasado en ella para llegar a ser tan bonita. Y sí, esta historia se repite cada vez que se comienza un nuevo proyecto.