Creo que cuando empezamos a pensar que nuestra casa necesita una reforma es porque nosotros necesitamos un cambio también. Puede ser que estemos cansados de ver esos suelos antiguos, que nos entre frío por las ventanas o sencillamente que la distribución laberíntica de nuestra casa se nos hace plomiza. Cuando aparece la necesidad de que en nuestra casa necesitamos luz o que el aire unifique todos los espacios, es que seguramente necesitamos meternos en obras. Puede parecer mentira pero hay reformas que cambian la vida. Nuestro día a día cambia, se convierte en algo más sencillo que termina enamorándonos de nuestra casa.
Seguramente los dueños de este apartamento madrileno, han conseguido saborear esto que os cuento tras la reforma de su casa. Cambiaron la distribución, abrieron espacios y dejaron entrar la luz. A esta casa le han dado su toque personal de una manera ecléctica en la que podemos encontrar matices industriales o retro pasando por los detalles vintage y sin olvidarse de la frescura que aportan las piezas de diseño contemporáneo. La distribución del salón con la cocina abierta parece todo un acierto. En ésta las estanterías metálicas con los botes y utensilios a la vista, le dan calidez al mismo tiempo que cierran esa zona con un toque diferente.
Os puede resultar sencilla pero tiene detalles personales y encantadores que reflejan la esencia de sus dueños. Este punto me encanta, me gusta que una casa tenga ese toque que caracteriza a quien la habita. Eso es al fin y al cabo, lo que hace que las casas sean hogares. Puede que os guste una determinada corriente decorativa pero siempre tenéis que dejar vuestro toque personal. Esas piezas que os han acompañado durante vuestra vida, pueden ser los mejores objetos de decoración que tengáis en casa. Tenedlo en cuenta y no dejéis de colocar en ese mueble que acabáis de comprar, aquel detalle al que tanto cariño le tenéis.
