Después del atracón de mesas, árboles de Navidad y demás decoración navideña parece que cuando terminan las primeras celebraciones la euforia se calma. Los últimos días entre reuniones familiares, comidas y sobre todo preparativos, uno termina un poco saturado. De todas formas no podemos relajarnos demasiado porque todavía nos queda despedir el año. Ahora que tenemos organizado lo que está por venir, que ya sabemos cómo vamos a envolver nuestros regalos y a falta de los últimos detalles está todo en marcha, será por eso que hoy me apetecía que conocierais una preciosidad de ático que nada tiene que ver con la Navidad. Realmente vais a ver como la sencillez de su decoración lo es todo y es que no necesita mucho más.
Si os gustan las combinaciones de colores sencillas, lo mismo para las formas de los muebles o los toques sutiles de color, seguro que os va a encantar. También es cierto que tiene un punto a su favor con el que gana mucho terreno decorativamente hablando. Ese toque diferente es su arquitectura, ya que es un ático en un edificio de Estocolmo y sabemos lo bonitos que suelen ser estos edificios en su interior siempre con su techos abuhardillados y con sus vigas de madera a la vista.
Otro punto que le da a todos los espacios ese toque de encanto son los muros. El contraste de las paredes en bruto con el resto de líneas de la casa es lo que le de da un toque diferente a la vez que muy acogedor. Un toque rústico que casa a la perfección con el estilo más actual del resto de la casa. En definitiva y aunque por todo esto sea una preciosidad de casa, la combinación empleada en su decoración es ideal para adaptarla a cualquier casa con pocos metros o que necesite luz, por eso quería que la conocierais. A ver qué os parece.
