Me veo como me siento sí, y siempre ha sido así pero es ahora cuando esta afirmación quiero que se quede para siempre conmigo. Hay frases que te llegan al alma y hasta allí llegó este enunciado cuando mi hijo lo pronunció hace unos meses. Me caló tan adentro que fui a escribirlo para que no se me olvidara porque sabía que iba ser el título de este post. Hay cosas que llegan y no te das cuenta hasta pasado un tiempo, cuando algo se despierta y lo cambia todo. De repente un día caí como el que no quiere la cosa que mis gustos estaban cambiando, que algunas inquietudes estaban dormidas, y aunque el fondo era el mismo, había algo que me estaba obligando a dejar ese confortable sofá para salir fuera a respirar aire fresco.
Cuando te ocurre esto, tan solo necesitas una bocanada para darte cuenta de que necesitas respirar y ya no puedes dar marcha atrás. De estas cosas nadie tiene la culpa pero algo me dijo hace unos meses que tenía que abrir la ventana, salir, oler y sentir todo lo que había fuera y uno de los primeros lugares que iba a ser testigo de esto fue París. Y así fue cómo el día de mi cumpleaños amanecí en la cuidad del amor, subí por primera vez a la Torre Eiffel, y comenzó una etapa nueva en mi vida. Llegó un momento que renuncié a renunciar y cada vez estoy más convencida de haber tomado una buena decisión.
Así fue como de repente desperté y decidí que decidir no es fácil, pero necesario. Que no hay que mirar a atrás cuando el corazón sabe lo que quieres. Y que cada cual tiene que seguir su camino. Romper con todo puede ser doloroso pero en estos casos pienso que hay situaciones que son como las flores: tienen que morir para volver a nacer. Nadie dijo que la receta iba ser fácil pero hay que probar a cocinarla y después de unos cuantos meses de mi viaje a París, de estar viviendo mi nueva vida, hoy puedo contarlo. Siempre recordaré este viaje como un punto y aparte.
Muchos sueños cumplidos y carcajadas paseadas por esta preciosa ciudad que confirmaban un gran cambio que llegó como un Big Bang. Lo zarandeó todo, me incluyo, y zarandeó todas aquellas cosas que colgaban de mí. Demasiadas emociones, demasiadas situaciones por vivir. Es por esto que estos últimos meses del año me habéis puesto falta y en diciembre no pude más y por primera vez en más de seis años de blog directamente sentí que no podía más, que mi cuerpo y mente tenían que parar. Demasiado trabajo, proyectos, clientes, vida personal, posts, redes… ¡BOOM!
Hoy puedo decir que todo está en orden y que aquella explosión en la que eran todo rocas proyectadas de las que había que protegerse, se han convertido en estrellas preciosas que me acompañan cada día. ¡Qué nadie tema los cambios! Solo hay que «estar» fuerte para cuando vengan a juzgarte y aguantar como un guerrero. Mi hijo me llama «mamá espartana» y eso me hace sentir poderosa. No hay que tener miedo de dejar cosas atrás e incluso personas, son etapas que llegan para enseñarnos algo, por muy duro que parezca.
Os he abierto una puerta a mi corazón, un poquito más a mi vida y sí, aunque aquí se habla de interiorismo y decoración, detrás hay un persona con un día a día y aquí estoy yo. Me siento afortunada por poder contarlo, por seguir sorprendiéndome, por volver amar tantas cosas y por estar aquí cada día.
Os dejo con las preciosas fotografías que me regaló París desde su cielo, a orillas del Sena, en el barrio bohemio de Montmartre, las Tullerias, o el Palacio de Versalles. Fue un viaje increíble que nunca olvidaré.
Desde París con amor…
♥ Feliz Finde ♥
GRACIAS!!!
La única constante, es el cambio…. Bienvenida preciosa oruga, ya eres la magnífica mariposa que tanto deseabas ser!
Precioso lo que has escrito.El viaje a Paris debio ser extraordinario, yo tengo muchas ganas de ir y en cuando me sea posible lo haremos. Me siento muyy identificada con lo que dices, pero demuestras ser una mujer con mucho carisma y capaz de cualquier cambio que se proponga si eso va a mejorar tu calidad de vida!!
Te lo mereces,a la vida hay que darle nuevas oportunidades.
Siempre estoy ahi!!!
Gracias!!! Me has hecho sentir aire fresco… gracias!
Gracias por el tiempo que has dedicado a enseñarnos parte de tú mundo y ahora, de otra forma, de ti.
Hace tiempo que me topé con tu perfil de Instagram, descubriendo una forma de decorar diferente, con corazón y mucha alma.
Mi pareja está en un momento de cambio, profesionalmente hablando dirigido al mundo del interiorismo. Me alegra saber que el tuyo ha empezado y ha dado ya buenos resultados (pienso que siempre cambiamos, aunque a veces tenemos que hacerlo más brusco).
Gracias y felicidades
Gracias por esta confesión tan personal, me haces sentirme mejor y más fuerte.