Llevo una temporada con una sensación extraña cuando empiezo a seleccionar contenido para el blog, es lo que tiene ser tan exigente. No hay que ser un erudito para saber que las cosas no pueden mantenerse por igual a lo largo del tiempo. Hubo una época en la que parecía que era muy fácil encontrar qué publicar día tras día pero tanto vosotros como yo, inevitablemente vamos cambiando en cuanto gustos. Las corrientes cambian, los estilos cambian, las tendencias cambian y nos empiezan a gustar otras cosas. ¿Sabéis cuándo me doy cuenta de eso?, cuando me aburro. Cuando parece que ya lo he visto todo, cuando necesito que algo me emocione.
¡Aburrirse es bueno! Claro que sí. Te obliga a espabilar y salir de la monotonía. Esa sensación de hastío es fácil desbancarla si en cuanto se instala te pones manos a la obra.
En concreto hay dos, llámalo sensaciones, que odio. Una es la pereza y la otra el aburrimiento. ¡Dios!, me desesperan. Son como rémoras que hay que quitarse de encima cuanto antes si no te quieres ver inmerso en la mier… Aunque puede parecer difícil luchar contra esto no lo es, pero sí podemos pensar en cuál es el peor enemigo de cada una de estas palabras. Pereza vs. acción, y aburrimiento vs. deleite. Verlo de este modo no está nada mal, ¿verdad? A mi por lo menos me funciona y también, y este es mi secreto, en cuanto siento que las tengo encima pego un zapatazo y hago todo lo contrario de lo que me hacen sentir en ese momento.
Vuelvo a repetir que el aburrimiento es bueno porque hace replantearte que necesitas cambiar algo, empezar a pensar en cómo hacerlo y finalmente, ejecutarlo. De este modo se combate esta sensación pesada y cansina que a menudo nos ocasionan situaciones hasta incluso personas. Salir de aquí solo depende de cada uno de nosotros. Siempre digo que lo mejor es darse cuenta de las cosas para poder poner remedio a cada situación cuanto antes. Y así, con esta reflexión de viernes os dejo con esta canción para que la escuchéis y os queráis mucho.
♥ Feliz Finde ♥
