Es empezar a ver las primeras imágenes y entender el porqué de su nombre. La Sucreria o «el dulce» no podía haber estado mejor pensado. Volvemos a encontrarnos con una vivienda aparentemente improvisada. Digo esto porque a primera vista vemos un edificio industrial con aspecto de haber sido en algún momento una fábrica. Quien busca este estilo para su hogar y consigue establecerlo en un edificio así, tiene ganado más de la mitad del camino si nos referimos a su decoración. En nuestro país no es habitual encontrar lugares así y más que se puedan transformar en vivienda pero como de todo se aprende, mucho ojo.
De nuevo el concepto loft se repite. También es cierto que en un espacio tan increíble como este no tiene mucho sentido levantar tabiques y hacer particiones. Esos ventanales no se pueden ocultar, sería un delito. Aunque como vais a ver de nuevo, los espacios están perfectamente delimitados. Todo lo dicho salta a la vista y algo así es perfecto para muchos de nosotros, sobre todo para los que nos gustan los espacios singulares y seríamos capaces de adaptarnos a una vivienda no del todo convencional. Pero además, y es algo en lo que la mayoría se fija antes de lo mencionado, es su cuidada, cómoda y aparentemente improvisada decoración.
Dentro de un marco industrial podemos ver la esencia más boho de esta vivienda. Aunque la decoración la componen varios estilos el resultado es más bien informal a la vez que muy «ponible» y bonito. Sé que el rincón del sofá os va a gustar tanto como a mí y aunque podamos pensar que no es muy adecuado para una de nuestras casas, no está de más tenerlo en cuenta. El resto de rincones están vestidos entre el estilo nórdico y la esencia vintage para completar e boho tan dulce con el que han decidido darle otra vida a este viejo edificio.
