Si en nuestras vacaciones hemos tenido la suerte de poder alojarnos en algún hotel de esos en los que su decoración enamora, el regreso es un poco cuesta arriba y muchos vivimos unos días con la nostalgia de todas esas cosas bonitas con las que hemos pasado unos días. Normalmente el fin de los hoteles es que te sientas como en casa y es por esto que la vuelta a la rutina, cuesta. Si además de que nos han tratado de maravilla la decoración del alojamiento va con nuestros gustos, nos entran muchas ganas de empezar con algún cambio en casa. Pues la dueña de la vivienda que podéis ver hoy es lo que se planteó a la hora de amueblarla y así vive, como en un hotel.
El otro día leía al director de la revista AD y decía que cuando regresa de las vacaciones tiene la necesidad de hacer algún cambio en casa después de pasar unos días en otros lugares. Leer esto me tranquilizó porque pensaba que era una cosa que sólo me ocurría a mí, pero no, todo nos influye y es lo que nos mueve a los cambios. Una buena apreciación.
Como os digo, la casa de hoy parece inspirada en los hoteles clásicos pero con ese aire chic tan femenino y versátil que a muchos nos gusta. Es un estilo recurrente y que si se sabe mantener no pasará de moda porque jugando con los complementos se hacen maravillas. Vais a ver como en cada rincón está cuidado hasta el más mínimo detalle, el mármol y los accesorios dorados no podían faltar, así como la cerámica o los tonos empolvados. Sencillamente me resulta muy elegante, confortable y atemporal. Ahora sólo queda que os fijéis en los detalles de cada estancia, ya veréis que casa más bonita.