Debo reconocer que cuando veo un proyecto de interiorismo de líneas sencillas y espacios abiertos libres de ornamentación me siento muy atraída, supongo que será «deformación» profesional. Como interiorista me gusta la arquitectura y el diseño y cuando estos dos elementos se mezclan con lo que he dicho antes, pues me encanta.
Aunque no estéis acostumbrados a ver este tipo de viviendas por aquí, no es porque no me identifique con ellas, todo lo contrario. Lo que está claro es que este proyecto no he podido dejar de compartir porque me parece tan sútil como lleno de encanto, puede parecer una contradicción pero son dos cosas que en este tipo de viviendas van de la mano. La sencillez con la que se dividen los espacios y tanto el mobiliario seleccionado como el color y materiales de estos, consiguen llenar de calidez este espacio diáfano.
El hormigón visto es otro elemento que junto con la madera y el blanco siempre suele ser un acierto para romper la monocromía. Los detalles dorados en lámparas y objetos decorativos le dan un toque cálido y sofisticado. Viendo el resultado de esta vivienda vemos como se puede conseguir un ambiente en el que se respira el diseño sin llegar a ser del todo minimalista. A ver si os gusta tanto como a mi.
Estudio Oink
Me encanta, es sencillamente precioso!
Una maravilla! Nos encanta!
Muchos besos
Fantástico: un ejemplo de como menos puede ser más!
^-^