Estos domingos, relativamente tranquilos, al final dan mucho de sí. No me puedo creer cuando tengo una tarde para no hacer nada. Estos ratitos me encanta ponerme a leer, leo todo lo que se me pone delante, y bichear. Durante la semana dejo cantidad de cosas marcadas para ver tranquilamente el fin de semana y saborearlas sin prisas. Eso fue lo que hice con la casa Hudson. Encontré algunas fotos de ella hace unos días pero tenía que investigar a ver si había algo más.
Ayer con tranquilidad busqué y encontré todas la imágenes de esta preciosa granja reformada por un estudio de interiores de Brooklyn. Tiene muchas cosas preciosas porque aunque presume de sobriedad aquí los detalles marcan la diferencia. Entre las cosas que más me han llamado la atención, y seguro que a vosotros también, es el gigante tapiz de macramé que hay colgado en uno de los salones.
Si os gusta esta técnica decorativa es posible que muráis de amor cuando veáis el gran buho de cuerda. Bueno, o eso creo quiero que sea. A mí me parece un búho y algo he leído en algún lugar. El caso es que es de las cosas más originales y bonitas que he visto últimamente.
Después veréis la cocina que es otra preciosidad y el detalle de la despensa-lavadero que es para llevársela puesta. La verdad es que la increíble casa que vais a ver hoy tiene mucho encanto y diseño sin caer en ningún momento en el exceso. Para esto es siempre mejor ver las cosas y no perdáis detalle porque es encantadora de verdad. Y ahora con el sabor en la boca del finde, hay que ponerse manos a la obra. Cuesta sí, pero sólo un ratito que todo es empezar. A ver que os parece la casa.
¡Me encanta! Muy bonita y los espacios ¡enormes!