Te lo dedico a ti. Sí. A ti que vives por las vidas de otros lo que tú quisieras vivir. A ti, que derrochas generosidad y al mismo tiempo eres un egoísta. A ti, que te engañas cuando dices que no puedes y la realidad es que no quieres porque todos queremos todos los días. ¿A qué aspiras? ¿A decir todo el tiempo que sí? ¿A dejar tus locuras de lado por seguir vistiendo un traje de prejuicios impuestos por los demás? ¿Nunca has oído eso de que menos es más? Estás viviendo una vida que no es para ti, y lo sabes.
Sé que he empezado fuerte pero si hay algo que me impulsa a decir todo esto es la gente que se conforma, la gente que piensa que no merece más. No nos engañemos. A menudo aspiramos a lo que los demás aspiran de nosotros. Pasamos la vida suspirando en busca de la felicidad, pero qué ambiguo es todo cuando en cierto modo solo aspiramos a la resignación. Deberíamos aprender a mirar de lado los estímulos negativos del exterior y ser más receptivos a los positivos. Sin conformismo, sin narcisismo. Aprender a ser rebeldes hasta con nosotros mismos porque somos nuestro mayor enemigo.
Eres demasiado convencional, o eso crees. Tienes miedo, prefieres seguir así que combatir la pereza y plantarle cara a todo el mundo. Miedo de cómo se van a tomar el nuevo camino que has decidido llevar, lo cansado que es esquivar miradas, sortear comentarios, o el miedo a no tener la fuerza suficiente para plantarle cara al nudo que te dejará en el estómago la tormenta que has liado. Pero el primer átaque de pánico que tienes que superar, mejor dicho si has llegado hasta aquí, es que ya lo tienes superado. Este es el verdadero paréntesis que hay entre tú y cuando te preguntas a qué aspiras. Piénsalo.
«Yo soy yo y mis circunstancias», decía Ortega y Gasset.
También lo puedes mirar de otra manera, ¿por qué no lo miras desde fuera? ¿Por qué no soñar con hacer tus sueños realidad, pensar en lo que te mereces de una vez y luchar por ello? Te lo estás perdiendo. Sin más. Pero a lo que íbamos, vamos a darle la vuelta. Vamos a ver esos daños colaterales de tu hastío. A pensar en todas esas personas que diariamente prefieren no verte la cara porque les amargas el día. Qué buen rollo vas dejando por la vida. Pero bueno esto te da igual, y como estás acostumbrado, ni sientes cuando el boomerang de lo que proyectas se estampa en tu cara. Quizás lo mejor es la resignación. Sí, lo mejor va ser eso.
Pues que sepas que el mundo necesita de ti. Queremos gente como tú. Te queremos a ti con tu capacidad de sorprender, de hacernos reír. Con tus ideas, tus locuras y tu ingenio. Por eso te pedimos que espabiles, que nos des todo eso que tienes para nosotros y aunque una vez me dijiste esto:
un día… todos los días… es fácil
una semana… todos los días… bueno
un mes… todos los días … posible
un año… todos los días… un entierro
…te estamos esperando…
♥ Feliz Finde ♥