Si hay lugares que inspiran especialmente en verano son sin duda las islas griegas. En ellas encontramos un paisaje típico mediterráneo con grandes playas, preciosos acantilados y un mar excelentemente azul. Sus peculiares edificaciones no nos dejan indiferentes y qué decir de la forma en la que decoran estas viviendas.
Siempre están marcadas por el blanco, tanto en sus fachadas con sus interiores. A menudo la madera y los materiales naturales tiene un papel fundamental en todos los espacios que recuerdan a los pueblos pesqueros de la costa, aunque cada vez es más común ver como incluyen y mezclan elementos característicos de su tierra, con mobiliario y materiales más comunes de este siglo.
La villa que vamos a ver hoy está en la isla de Mykonos. Además del maravilloso entorno que la rodea y lo bonita que es su edificación, me ha llamado la atención saber que sus dueños decidieron incluir una capilla en su terreno para celebrar allí su boda. Una bonita anécdota que tendrán presente toda la vida.
En sus interiores, una mezcla agradable de diseño y muebles con historia. Para unificarlo no han dudado en vestir cada rincón de la casa con el blanco más puro. Blanco sobre blanco; fresco, relajante y lleno de estilo para conseguir un interior espacios apacibles y frescos sin olvidar ese toque mediterráneo.
Grecia es un paraíso y tener una casa así es todo un privilegio, las vistas son impresionantes. Mi post de hoy también es muy griego 🙂
Uauhhhh una casa de ensueño,nos encanta de un gusto exquisito sin estridencias.
Besos de dos
Sueño con conocer Grecia algún día!! que lindoooo!
Siempre espectaculares Las Cícladas… ¡qué ganitas de volver algún día!
^-^
Espectacular!!!! Esta vivienda me resulta muy muy agradable… es preciosa!!!