
Durante estos últimos días os he dejado sin saberlo, dos imágenes de la misma casa. Primero compartí en las redes un dormitorio abuhardillado con una bonita lámpara Z1 y después, un baño que al verlo solo se me vino a la cabeza que uno se podía levantar por la mañanas de un salto mortal al tener semejante estancia en casa. Fue a raíz de esta segunda imagen cuando me entró la curiosidad de ver el resto de la casa. Para mi sorpresa, lo que he encontrado es una casa con historia de esas que nos gustan y encima también se correspondía con la primera imagen de la que os hablo.
Ya sabéis lo que me gusta conocer las historias de las casas, del por qué de sus reformas o qué es lo que ha llevado a esa familia a optar por algún tipo de decoración en concreto. Siempre que me entero de las cosas os lo cuento y como me imagino que ya os estáis oliendo, hoy también hay algo de eso detrás. He leído que el propietario de la casa, un agricultor holandés, se llevó a su novia a conocerla. Era una granja que habían reformado. Sí, ya hemos visto cómo en otros países es una buena costumbre rehabilitar granjas y lo cierto es que dejan las casas preciosas.

Me ha encantado leer cómo el hombre de la casa dice: «a esta rubia que ilumina mi cara cada vez que se ríe le gusta el negro, ensuciarse la manos, e inspirarse cuando todos duermen para diseñar la decoración de nuestra casa». Qué romántico, ¿verdad? El caso es que los dos han participado en seguir dejando la casa a su gusto poco a poco. A mí por lo menos me ha encantado conocer un poco más de ellos y de la casa que había tras las primeras fotografías que vi. Ahora os la dejo al completo aquí para vosotros y espero que os guste.








Que pasada de casa !. Con denominador común en todas las estancias: madera con acero industrial.
Está muy chula!!!!
Un besote!