Un porche la nieve y yo

Los que soléis pasar por aquí ya sabéis que no suelo publicar nada los domingos, me gusta respetar los días de descanso porque son necesarios para desconectar y dedicar el tiempo a otras cosas. Lo que ha pasado hoy es que a raiz de toparme con una imagen maravillosa de un porche en una cabaña en medio de las montañas nevadas, me han venido muchas cosas a la cabeza e inevitablemente me ha hecho pensar en un porche la nieve y yo. Va a ser que uno no puede ir en contra de lo que le identifica y le hace sentir bien.

Muchos días y en muchas ocasiones pienso que en algún momento de mi vida me trasladaré a un lugar apartado de montaña donde tenga mi porche y esté rodeada de naturaleza, o eso espero. Siempre he vivido retirada de los núcleos urbanos y casi siempre en plantas bajas, por suerte con porche. No me gustan las aglomeraciones y huyo de los convencionalismos y de las cosas más comerciales. El hecho de ser así hace que me cuestione algunos días qué hago metida en toda esta vorágine diaria pero como todo, también tiene su explicación. Aparecí por aquí porque me encanta compartir las cosas que me gustan para que los demás las disfruten igual que yo. Además una cosa no quita la otra.

A las personas se las siente y percibe a través de las pantallas. Muchas de las que seguimos a diario nos transmiten lo magníficas, glamurosas y felices que son sus vidas hasta el punto que muchos las idealizan y quieren incluso ser como ellas. Pues a mi me encanta la gente que te cuenta su vida tal y como es. Esas personas a las que no les importa contar que el otro día se encontraron ocho gusanos rojos en su cocina como decía Lucía Be en su blog. Podéis leerlo aquí. Me quedo con Lucía, con su naturalidad y con su forma sencilla de levantar el mundo porque cada vez que la leo me alegra el día. Desde su casa de campo rodeada por su huerto nos hace llegar ese buen rollo que lleva encima aunque no lleve tacones o no se pinte los labios.

Por eso digo que soñar con estar sentada en un porche en una casa de madera aislada en medio de las montañas nevadas e imaginarte desconectada de todas las frivolidades del mundo no quiere decir que uno sea un huraño, simplemente es que hay cosas muy bonitas e importantes en la vida que por otras tonterias que se cruzan a diario en nuestras vidas no les damos importancia. En ocasiones es bueno estar solo y pensar en todo aquello con lo que realmente somos felices y dejar de vivir la supuesta felicidad de los demás. Os invito a pasar un rato en un porche, rodeados de nieve y tapados con una mantita, aunque se imaginariamente que ya veréis que bien se está. Qué paséis un buen domingo…

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2 respuestas a “Un porche la nieve y yo”

  1. Anónimo dice:

    qué bonito post! a mi también me gustan las imperfecciones! con lo de retirarse también sueño.., pero estoy segura que si lo hiciera duraría dos telediarios.., me moriría de miedo! :p

  2. Lu dice:

    Perdón!
    el anónimo de arriba soy yo…, no me he dado cuenta que no tenía puesto el nombre…, (es que no me gusta ir por la red con una bolsa de cartón en la cabeza :D)

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