Todos los veranos me pasa lo mismo. Cuando la estación está avanzada y ya hemos pasados bastantes días incluso semanas de calor intenso, añoro los momentos más tranquilos que nos ofrece por ejemplo el otoño. El verano es un trajín de viajes, sol, playa y calor. Las vacaciones se toman con ganas pero son agotadoras. Tenemos tan poco tiempo para hacer todo lo que hemos planeado que no se descansa ni un minuto. Cuando llego a este punto el cuerpo me pide ver espacios relajados y frescos que invitan a la calma y a la elegancia como la decoración de esta casa que está basada en los tonos neutros.
Como otros áticos de edificios nórdicos que hemos visto por aquí, su arquitectura es encantadora. Al mismo tiempo ofrece muchas posibilidades para que una decoración aparentemente sencilla lo acompañe dejando espacios cómodos, funcionales y a los que nos les falta el diseño. La verdad es que estos áticos son una maravilla con sus techos abuhardillados y las vigas de madera. Aquí os recuerdo otro que os encantó. En nuestro país no es muy normal encontrar este tipo de construcciónes pero siempre podemos imitarlas con un buen revestimiento y alguna viga de madera.
Si os gusta el constraste de las paredes cuando están en bruto con los muebles de diseño, no tenéis por qué renunciar a ello. Hoy en día hay cantidad de materiales y soluciones, algunas muy económicas que nos ayudarán a conseguir el efecto deseado. Y si a todo esto le añadimos una iluminación cálida, os aseguro que el resultado que podéis conseguir en vuestra casa os encantará. Ahora os dejo en este apartamento y yo sigo con mis vacaciones que buena faltan me hacía. Creo que empiezo a desconectar porque noto como la intensidad de los días se relaja y cómo se agradece. Espero que os guste.