He de reconocer que no hay nada me motive más a volver por aquí, que encontrar contenido de ese que se queda grabado en la retina y en el corazón. Así es como comenzó esta aventura que está a punto de cumplir ocho años. Se dice pronto. Siempre he sido muy exigente con cada una de las entradas. Como mínimo, cada publicación tenía que tener algo de esa esencia que siempre me ha gustado dejar por aquí. Parece que cada vez se alargan más los tiempos entre una entrada y otra pero este es el verdadero motivo. Quiero seguir siendo fiel al alma de este blog para ello hoy os presento un alojamiento lleno de contrastes en Menorca que estoy segura os encantará.
De nuevo es una recomendación de esas que me gusta dejar por aquí y en la que encuentro la unión de tres cosas fundamentales a la hora de buscar alojamiento. Lo primero es un destino especial. Con destino especial me refiero a que solo tiene que serlo para nosotros y para nadie más, con eso es suficiente. Hoy le ha tocado a la isla de Menorca que por sí sola enamora sin más. Si esto lo acompañamos con la posibilidad de alojarse en Es Bec d’Aguila, una casa con más de once habitaciones en la uno se puede hospedar en ella con familiares y amigos, lo días de descanso prometen. Y si por último la decoración está tan cuidada como la que vais a ver, el plan se convierte en algo perfecto.
Lo que me más me ha gustado de la casa es la mezcla de estilos en su decoración. Los contrastes son fuertes. Estilos aparentemente opuestos al carácter propiamente mediterráneo. Eso es lo que enamora. Un desafío con el que han conseguido integrar el color, obras de arte o elementos tradicionales. Dicho esto y como siempre, os dejo con el resto de imágenes. Si alguien está interesado en pasar unos días en Es Bec d’Aguila, aquí tiene el enlace a su web para que pueda conseguir toda la información.