Ni todo lo que es blanco es nórdico, ni todo el nórdico es blanco. Es algo que he dicho en muchas ocasiones y aquí un ejemplo más. La decoración en blanco tiene muchas ventajas igual que desventajas. Lo primero que se nos viene a la cabeza si tenemos niños es que de blanco nada. Pero sin por el contrario no hay niños ni animales, es un color ganador.
Tanto si buscamos luminosidad como amplitud, al primer color que recurrimos es al blanco. Sea cual sea nuestro estilo igualmente nos va a servir. O como en el caso de hoy, que ni qué decir tiene cuando los textiles en tonos claros se combinan con complementos dorados y generan ese ambiente tan cálido y chic. Para mí es una de las combinaciones que más me gusta al igual que el color blanco y con el de la madera.
Que el conjunto sea todo blanco no asegura que vayan a ligar unas cosas con otras y nos de el resultado que estamos buscando. Aquí también entra el estilo de cada mueble, lámpara o complemento. Que todo tenga la misma gama de color ayuda, pero el estilo es algo fundamental.
Tampoco os tenéis que obsesionar porque todo sea del mismo tono de blanco o todo blanco nieve. Hay una amplia gama de blancos, aunque no lo parezca, y combinarlos entre sí nos va a ayudar a darle calidez a cualquier lugar de nuestra casa.
Aquí tenéis un ejemplo de todo lo que os acabo de decir. Siempre digo que la mejor forma de entender este tipo de cosas es visualizando algún ambiente. Así es que ahora sólo tenéis que prestar atención a la decoración y estilismo de esta casa para tomar ideas si os vuelven locos los espacios en blanco.
Tenéis el ejemplo de un salón, la mesa de la cocina y hasta una zona de trabajo que por cierto, no puede ser más femenina, práctica y bonita. Prestad atención que los detalles lo son todo.